Aún me acuerdo cuando mi mami me decía:
- “Toma que es rico”
- “Pero mami ¿qué es?”
- “Te va ayudar a tu pancita”.
¿Mi pancita? Sí, a mi pancita sí pero a mi boquita no! La Achicoria es una planta medicinal con muchas propiedades curativas para el organismo, pero muy amarga. No apta pata paladares finos. Antiguamente, en épocas de escasez fue usada como reemplazo al café por lo agrio. Según las historias de por ahí y no de aquí, cuentan que una bella muchacha despidió a su prometido enviado a la guerra. Ella lo esperó por muchos años deambulando por el pueblo (eso me sonó a una canción del grupo Maná…”sola en el olvidooooooooooo”). Como la vieron tan triste, los dioses decidieron transformarla en planta, pero una planta muy áspera diría yo. Sin embargo no hay que descartarla ya que su propiedades protegen al hígado al descongestinarlo de sustancias dañinas que alteran el organismo como la bilis, aquella que aparece cuando renegamos. Pero ojo! Consumir mucho puede dañar la retina al querer regular el estómago. Así que un preparado amargo puede endulzar la vida en adelante