Su nombre de bella donna, hermosa señora, encierra el misterio de sus atractivas flores y propiedades medicinales, acompañadas sin embargo de emanaciones desagradables y poderosos venenos que la convirtieron en favorita de los hechiceros y protagonista de leyendas negras.
Se le llama belladona por el uso que las damas romanas hacían de su jugo para embellecerse el cutis y de la propiedad midriática de su alcaloide que, dilatando las pupilas, embellecía la mirada de las damas.
La savia de la rizoma y de las hojas contiene atropina, empleado medicinalmente como diurético, narcótico y sedativo. Es recomendable para aliviar los espasmos de la bronquitis, tos convulsa y en los dolores de las enfermedades con fiebre. En uso eterno se emplea para dilatar la pupila, durante los exámenes oftalmológicos, y curar inflamaciones de la gota y del reumatismo, los dolores gástricos, cólicos hepáticos, nefríticos, uterinos e intestinales, los dolores de erupciones cutáneas de origen canceroso, etc.
Advertencia: Debido al carácter tóxico de esta planta no se debe recurrir a ella ni en pequeñas cantidades, sin la orientación de un médico. El simple hecho de manipularla puede ser peligroso por lo que se recomienda recurrir a los productos elaborados y garantizados. Recuerde que la belladona es una planta hermosa, medicinal pero altamente peligrosa.
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