La cola de caballo es una de las hierbas que tiene más utilidades y tradición entre las plantas medicinales.
En la antigua Grecia se la conocía por su capacidad de sanar y cicatrizar las heridas. En la actualidad es una de las plantas curativas más usadas; se emplea para eliminar líquidos, fortalecer las uñas, piel, cabellos y regenerar los tejidos.
Con los tallos disecados se elaboran desde infusiones, jarabes, cápsulas hasta cremas y lociones.
La acción más notable de la "cola de caballo" es la diurética, ello debido a su riqueza en sales de potasio, flavonoides y sapónidos, los cuales ayudan a aumentar el fluido urinario. Es por esta razón que se la indica para remediar la retención de líquidos general o localizada y para otros problemas como: cálculos renales, infecciones urinarias e inflamación de la vejiga.
Esto no es todo, la cola de caballo va más allá que otras hierbas, pues actúa como cosmético natural, ya que, su alto contenido de silicio ayuda a mantener y a recuperar la salud del tejido conjuntivo que forma la piel, mientras que su acción desintoxicante y limpiadora de las vías urinarias, ayuda a purificar la sangre y, en consecuencia, a evitar la llegada de toxinas que la enferman.